Estamos en una nueva época, caracterizada por la velocidad del cambio, la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Las organizaciones buscan adaptarse con rapidez a la situación, afinar sus estructuras, mejorar su productividad, reducir sus costes, desarrollar a las personas para que aporten todo su talento… y todo ello con el menor coste, ya que sus posiciones financieras se han resentido con las últimas crisis.
La competitividad empresarial tiene más fuerza que nunca en la actualidad. Los canales digitales, la inmediatez de la información, el poder de los consumidores y clientes y las tendencias de emprendimiento han hecho que cada vez sea más difícil posicionarse y tener un impacto y reconocimiento real en el mercado. De ahí que las claves que hacen que una empresa sea exitosa radica en su cultura organizacional, en su forma de trabajo, en su direccionamiento y en los planes de trabajo enfocados en el cumplimiento de su misión.
Una solución eficaz y en plena tendencia con el mercado, es la figura del Interim Manager, un profesional con experiencia acreditada, formación académica superior y una visión amplia e integradora. A diferencia de un consultor que sugiere y propone, este ejecuta e implementa siempre.
Es la reducción de estructuras llevada a cabo como consecuencia de las últimas crisis, sobre todo en las Pymes, lo que ha provocado que las personas clave de las organizaciones estén muy ocupadas con el día a día, disponiendo apenas de tiempo para tener una perspectiva estratégica del entorno adecuada. El poder contar con un asesoramiento externo ejecutivo, soluciona en gran parte este gran inconveniente.
Podemos definir el Interim Management o gestión por transición, como una herramienta estratégica para abordar la gestión de la velocidad del cambio y el desarrollo de la organización durante un plazo de tiempo determinado y con unos objetivos previamente definidos.
El Interim Management tiene como objetivo reforzar la capacidad directiva de la compañía mientras asegura la transparencia sobre la ejecución del plan estratégico acordado y genera la confianza de todos los socios. En pocas palabras, el Interim Management, a través de la fijación de objetivos crea, agiliza y mejora el rendimiento de los proyectos y de las compañías.
Los primeros beneficios de contar con un Interim Manager se ven de manera inmediata, entra aire fresco, se dinamiza, provoca una revisión de las formas de hacer, imprime un nuevo ritmo, disminuye la endogamia, genera visión estratégica, aporta optimismo y potencia el liderazgo en la organización. Además, una implementación adecuada de esta estrategia reducirá el tiempo de la curva de aprendizaje de la tecnología, incrementará la confianza, simplificará las estructuras, potenciará la experiencia del cliente, ayudará a formar en competencias digitales, reducirá el riesgo financiero, entre otros.
El origen de esta figura está en Holanda y Estado Unidos en los años 70, expandiéndose rápidamente en los años 80 a otros países. Actualmente su grado de implantación está creciendo de una forma importante, en países como Holanda, Estados Unidos, Bélgica y Alemania, su figura se encuentra bastante asentada en el mercado de trabajo, en el Reino Unido, hay más 10.000 Interim Managers censados y en España las contrataciones han aumentado por encima de dos dígitos en los últimos años, siendo la mayoría para posiciones de Dirección ejecutiva, Finanzas, Ingeniería, Dirección de Personas y Marketing.
El plazo de ejecución media de un Interim Manager está entre 6 meses y 2 años, en función de los objetivos fijados y de la situación de la organización. Después de este tiempo y cumplidos los objetivos abandona la organización, dejando a las personas de su equipo capacitadas y formadas para continuar la labor.
El Interim Manager puede responder a necesidades muy diversas que van desde fusiones, reestructuraciones, reflotamiento de organizaciones, hasta el lanzamiento de un producto, la optimización de procesos, la implantación de sistemas de control de gestión, el desarrollo de una Dirección de Personas, el apoyo en procesos de transformación digital, etc.
En cualquier caso, su labor profesional se caracteriza por ser el catalizador de un cambio necesario en la organización, aportando y ejecutando ideas, centrándose en los objetivos, desarrollando competencias profesionales, generando red de contactos y siendo flexible y ejecutivo en todo momento.
En cuanto al proceso de implementación de la gestión por transición, el siguiente gráfico nos permite ver de forma clara la eficacia en la gestión caracterizada por la claridad, simplicidad y sencillez con agilidad en la ejecución:
Muy importante es detallar las ventajas que aporta, entre las que cabe destacar las siguientes:
-Experiencia, adquirida en diversos puestos directivos y sectores
-Objetividad, una visión externa e independiente no condicionada por la historia ni la idiosincrasia de la organización
-Eficacia, centrado en la consecución de los objetivos definidos
-Implementación rápida, seleccionarlo es mucho más rápido que buscar un directivo permanente. Trabajan bajo un contrato que facilita el inicio, el fin o la extensión de su trabajo, de acuerdo con las necesidades de la organización.
-Compromiso, permanece en la organización por el objetivo por el que fue contratado
-Rentabilidad, solo trabajan durante el tiempo necesario y abandonan la organización cuando han cumplido su misión, sin representar una carga financiera
-Rapidez, no es necesario un periodo de aprendizaje al tratarse de un profesional senior
-Flexibilidad, se adapta rápidamente para impulsar el cambio
-Responsabilidad, es el responsable directo del proyecto asignado
-Coste controlado, trabaja con honorarios pactados y solo genera pagos salariales adicionales si se cumplen los objetivos fijados
-Transferencia Know-how, aporta también valor a largo plazo mediante la transmisión de conocimiento al equipo con el que lleva a cabo los objetivos
-Talento acreditado por su experiencia mínima de 15 años en la dirección ejecutiva
Es preciso destacar un aspecto clave, el plan de salida, su adecuada articulación es imprescindible para que su labor sea completa y la organización no se resienta cuando se vaya.
Las formas retributivas más habituales suelen consistir en una parte fija (iguala) que depende del proyecto y del perfil del profesional y una variable por objetivos, con un componente fijo y uno variable consistente en un porcentaje sobre los beneficios netos generados. Como es una prestación de servicios el contrato que le une con la organización es mercantil, por tanto, no forma parte de la plantilla.
Parece evidente que el Interim Management está marcando el camino para responder a una demanda creciente y, con la desaparición de algunos prejuicios concernientes a su figura, el rol propuesto por estos profesionales será cada vez más importante para las pymes, grandes organizaciones y compañías multinacionales.
En Interim Management Consulting ofrecemos estrategias de productividad y desarrollo de negocio basadas en el Interim Management, proporcionando competitividad para que los proyectos tengan mayores posibilidades de desarrollo y éxito.
«No hay varitas mágicas, trucos ni apretones de manos que te proporcionen el éxito inmediato. El éxito se logra con tiempo, energía y determinación” Darren Rowse